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-Disfrutar del don de la vida, de quienes somos, de los que nos rodean y de todo lo que tenemos. Es importante dar gracias de todo lo que tenemos: familia, un
hogar, vecinos…. muchas veces somos unos ingratos con la vida y sobre todo con
el Señor. Para pedir siempre lo tenemos presente pero las gracias se nos suele
olvidar con mayor facilidad.
-Valorar lo que
se tiene y no pasarse la vida echando de menos lo que no se tiene, ya que nos pasamos el tiempo deseando más cosas todo el tiempo, o nuevos objetos materiales o que los sufrimientos y males que padecemos se
pasen pronto.
-Capacitar, potenciar
y educar nuestros sentidos para oír música, escuchar a una persona, apreciar la
belleza de un cuadro, un paisaje, una persona, saborear una comida, sabiendo
que todos estos placeres no son eternos.
-Tratar de promover la risa y
el buen humor en tu vida diaria. Sonreir siempre que puedas. Saludar a las personas por su nombre, esto ayuda a acercarnos a los demás.
-Aprender a
recibir y expresar la ternura, el amor y el cariño, con muestras afectivas:
besos, abrazos, sonrisas, un apretón de manos, una caricia, un guiño…. La
comunicación no sólo es verbal, muchas veces la comunicación no verbal
transmite mucho más….
-Encontrar el
sentido de nuestra vida, entenderlo vivir aceptando la voluntad de Dios que no
siempre coincide con la nuestra. Ante los contratiempos, no rendirnos coger el
timón, manejar las velas y seguir navegando.
-Romper con la rutina y desarrollar tu creatividad. Una vida variada e interesante es más satisfactoria, rica y feliz, que una vida
predecible y sin ninguna variedad. Haz
que en tu día a día, siempre haya algo sorprendente.
-Cuidar el cuerpo y la salud. Mucha de nuestra infelicidad está relacionada con enfermedades, molestias
físicas y problemas que podemos evitar con un estilo de vida sano.
-No competir con
los demás, ser consciente de los propios dones y talentos para ponerlos al servicio
de los demás.
-Aceptar las
propias limitaciones, proponiéndonos mejorar siempre aquello que podamos.
PROVERBIO: “Dios dame paciencia para soportar las cosas que no puedo cambiar,
valor para cambiar las que puedo y sabiduría para diferenciar las que puedo
cambiar de las que no”.
-Aprender a manejar las emociones negativas, para no ser
manejado por ellas. Muchas veces quedamos atrapados en los pensamientos y emociones negativas como
el resentimiento, el rencor, la tristeza, etc. y pasan los años sin que podamos
salir adelante. No te desgastes inútilmente, ni sufras innecesariamente.
-Luchar por conseguir los objetos propuestos, todos los principios son
difíciles y duros, pero la tenacidad y la constancia posibilitan conseguirlos.
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